La ingesta de bisfenol A, sustancia presente en contenedores de plástico y recubrimientos de envases de alimentos, podría afectar las funciones hormonales e incrementar el riesgo de desarrollar diabetes y cáncer, señala un estudio realizado en la Facultad de Química (FQ).
El objetivo de esta investigación es lograr que los plásticos que se emplean en el envasado o conservación de alimentos no contengan esa sustancia y que su manejo industrial no genere residuos que terminen en los cuerpos de agua, afirmó Humberto Gómez Ruiz, responsable del Laboratorio de Química Analítica Ambiental, del Departamento de Química Analítica, donde se hace el estudio.
El bisfenol A es un disruptor del sistema endócrino, y se relaciona con la alteración del sistema hormonal, No obstante, es muy utilizado en el recubrimiento interno de los envases de alimentos, advirtió.
Hay una correlación entre el consumo de este compuesto y padecimientos como obesidad, diabetes y cáncer, reporta el análisis universitario, uno de los primeros realizados en el mundo con una población relativamente alta (500 mujeres).
“Afecta el sistema endócrino, eso significa cambios metabólicos como adelantar la menstruación en niñas y la posibilidad de generar diabetes y cáncer en el páncreas e hígado, pero debido a la falta de más datos con poblaciones expuestas no puede llegarse a algo concluyente”, reconoció Gómez Ruiz.
Se trata de un producto industrial empleado para la fabricación de vidrios de policarbonato y resinas epóxicas, así que también se emite al ambiente por el desecho o mal manejo en las industrias que producen estos plásticos.
“Llevamos más de cinco años analizando el bisfenol A, y muchos más estudiando todos los contaminantes que son potencialmente riesgosos para el ser humano”, subrayó el universitario.
Para encontrar la correlación entre el bisfenol A y el daño toxicológico, se consideró una población de 500 mujeres, con controles como edad, peso, salud y si habían sido madres; en la orina de cinco por ciento de ellas se detectó bisfenol A en valores altos, lo que sugiere que cerca de 20 podrían desarrollar cáncer.
“Una estadística abierta proyectaría casi mil casos en el país de mujeres en edad reproductiva, agregó el científico, quien por medio de este laboratorio se encarga de procesar y analizar los compuestos químicos ambientales, industriales y en los seres humanos.
“En el ámbito mundial se han hecho investigaciones, pero con un número de muestras muy baja; quizá ésta sea una de las primeras con una población relativamente alta, abordada con mujeres”, remarcó.
Nuestra responsabilidad como universitarios es con la sociedad y con todo lo que podamos contribuir para su bienestar, concluyó el profesor e investigador en química analítica ambiental y especialista en el análisis instrumental de los contaminantes.
Fuente: Gaceta UNAM